"Ninguna generación tiene el dominio absoluto sobre la
Tierra y resulta absurdo pensar que los recursos del
planeta son ilimitados o que no habrá costos por su uso
irracional", afirmaba
Fallece la única mujer que ha encabezado el gobierno de
alguna potencia mundial, víctima de un infarto a los 87
años de edad
Antena Radio / Edición vespertina / Sección
Medio
Ambiente, ¿Qué puedo hacer yo?, con el Lic.
Francisco Calderón Córdova / 107.9 de FM y 1220 de AM,
8 de abril de 2013.
Esta mañana nos levantamos con la noticia de que la
ex-primer ministra del Reino Unido (1979-1990), Margaret
Thatcher, falleció a la edad de 87 años. A la fecha,
ella ha sido la única mujer en tener un puesto semejante
en cualquier potencia mundial y, entre muchos otros
legados, hay que reconocer que gracias a ella el
problema del calentamiento global comenzó a ser
reconocido.

Hoy recordamos a la “Dama de Hierro” –como fue bautizada
por el periódico Estrella Roja, de la Unión
Soviética- como una de las más activas promotoras e
instauradoras (junto con el estadounidense Ronald
Reagan) de las políticas neo-liberales en el mundo. En
el Reino Unido, Thatcher disminuyó el poder de los
sindicatos, privatizó empresas estatales y replegó la
intervención pública en muchos campos de la economía.
Como consecuencia de su gestión de corte conservador, la
nación británica sufrió un sensible aumento del
desempleo y empeoró la mala distribución de la riqueza.
En el plano exterior, fue la principal aliada de los
Estados Unidos en la “Guerra Fría”.
Pero, a pesar de su herencia desafortunada en el plano
económico o incluso en el de la paz mundial (ella
protagonizó la Guerra de las Malvinas en contra de
Argentina), Margaret Thatcher fue uno de los primeros
líderes mundiales que reconoció los daños que el
desarrollo económico estaba causando al medio ambiente
(concretamente, el calentamiento global). Se dice que
Margaret Thatcher (quien tenía una licenciatura en
química por la Universidad de Oxford), para lograr el
reconocimiento de los líderes políticos, en su mayoría
hombres, retomó la hipótesis del calentamiento global
que, en la década de los 80, parecía sólo una curiosidad
científica y no un hecho contundente.
En la gran mayoría de las cumbres internacionales en las
que la “Dama de Hierro” participaba, reiteraba su
calidad de científica conocedora de la química y de los
impactos por el uso del carbón, así como su preocupación
por el fenómeno del calentamiento global. El 27 de
septiembre de 1988, durante un célebre discurso ante la
Royal Society, aseguró que “ninguna generación
tiene el dominio absoluto sobre la Tierra” y que
resultaba absurdo pensar que los recursos del planeta
son ilimitados o que no tendríamos costos por su uso
irracional.
De hecho, Margaret Thatcher consideró que el resultado
de esta falsa contabilidad, practicada por la generación
anterior y la actual por considerarle “más barato”,
sería que las generaciones que estaban naciendo en el
planeta habrían de enfrentarse a un futuro “con mares
vacíos, tierra árida, sin agua dulce, desiertos
extendidos y tormentas e inundaciones sin precedentes”.
En el discurso, Thatcher urgía a cambiar las fuentes de
energía lejos del carbono y de los combustibles fósiles.
Desafortunadamente, en los hechos, esto no fue seguido
de una activa promoción para el desarrollo de las
energías renovables. Quizás, la herencia más destacable
de la ex–Primer Ministra inglesa en materia ecológica
sea la incorporación de la noción de que, para construir
un desarrollo sustentable y para transformar el quehacer
cotidiano de las personas, de las empresas, de las
organizaciones y de los gobiernos, es necesario
analizar, incorporar y valorizar objetivamente –es
decir, en términos de “capital natural”- los componentes
del entorno natural.
Sin lugar a dudas, Margaret Thatcher es un referente
para muchos nefasto al referirnos a la etapa más
agresiva del capitalismo contemporáneo; sin embargo, de
vez en vez, es positivo revisar su biografía y lo que
personajes como ella hicieron en favor de temas tan
controvertidos como –por ejemplo- los derechos de los
homosexuales, la legalización del aborto y la lucha
contra el cambio climático.
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Dec. 7, 1962. (Reg Lancaster/Express/Getty Images